viernes, 22 de mayo de 2020

Venus Retro


“Yo siento que nunca pude olvidar a nadie con quien he estado, porque cada persona tenía sus propias características. Uno no puede reemplazar a nadie. Lo que se perdió, se perdió. Cuando cada relación termina, me duele mucho. Nunca me recupero del todo. Por eso, soy muy cuidadosa al involucrarme. Incluso, acostarme con alguien. En realidad, no hago eso, porque extrañaré las cosas más mundanas de la persona. Me obsesionan las cosas pequeñas. Tal vez estoy loca. Cuando era niña, mi mamá me dijo que siempre llegaba tarde a la escuela. Un día, ella me siguió para saber por qué. Yo estaba viendo las castañas caer y rodar en la acera, o las hormigas cruzando el camino, la sombra de una hoja en el tronco de un árbol. Cosas pequeñas. Creo que lo mismo pasa con la gente. Veo en ellos pequeños detalles, muy propios de cada uno, que me conmueven y que extraño y que siempre extrañaré. Nadie se puede reemplazar porque todos están hechos de detalles hermosos y específicos”.

Before Sunset  (2004) ⇒ Richard Linklater.

lunes, 30 de septiembre de 2019

De nuestra relación

Me llevo mis ganas de irme a la mierda, cada vez que me descalificás.


JULIO, 2019.
{2 meses ya que no sé de vos por decisión propia. Enhorabuena}

sábado, 26 de enero de 2019

Súper-yo

Dispongo parte de mi musculatura, a la ejecución de una actividad, no importa cuál, figúrate cualquiera, solamente a modo de ejemplo te voy a decir una simple banalidad: conseguir el objeto que haga las veces de tapa para la tarta que sobró en el cacharro donde fue horneada hace un rato inmediato. Pero conste que aquí la cuestión no pasa por la especificidad.

Probablemente, vaya a fallar en el emprendimiento y tenga que tantear varias veces el tamaño de aquellas cosas que podrían llegar a tener la propiedad justa de cubrir el cacharro. No obstante, va de suyo que vos tenés todas las respuestas... al punto de presentar, con la ventaja que te procura el tiempo que me lleva mi búsqueda, la solución puramente destilada que habría indicado, molecularmente subrayo, la especificidad del objeto con el cual tendría que haber tapado el alimento.

Tú, el intachable, el candorosamente incuestionado, el intocable arredrado. Quien le incuba más soluciones prefabricadas y anticipadas a su miedo que las que podría llegar a formular yo, una simple aprendiz de humana. 

sábado, 24 de noviembre de 2018


Te quiero, aunque termines anteponiendo una palabra fría, que deviene en actos efectivos y coherentes. O hagas aparecer, cual Mago la distancia de varios días, que tienen la facilidad de usar tu varita, para transformarse en semanas. Y entonces la máquina profética en la que se convierte mi cabeza, empieza a imaginar que alguien más gravita ese mientras tanto, que edificas entre ambos dos.
Me quieres, hasta cierto punto. Y a mí me prevalece el sentimiento, de que si no fuese por una iniciativa mía, como-quiera-que-se-llame aquello que nos une, caducaría. ¿Qué tengo que hacer contigo? Y lo fundamental, ¿qué voy a hacer conmigo?



Amar hasta el punto, que se llega a ser prudente en evitar presentarle una exigencia, aunque luzca como las credenciales de las cumbres de mi amor.
Tendré que emprender un descenso gradual y luego, cuando finalmente haya recuperado aires y fuerzas, perseverar en guardarme todo el amor en los bolsillos de mi piel, aunque no refulge, ni gusta, ni por asomo se siente como amor.